Con las palabras de clausura del presidente Miguel Díaz-Canel, se dio por concluida este pasado domingo la IV Conferencia La Nación y la Emigración. Esta había sido planteada originalmente para el 2020, pero debió ser aplazada debido a la pandemia del COVID-19.
El evento se caracterizó por la asistencia masiva de cubanos residentes en el extranjero, una tercera parte de ellos procedentes de los EE.UU. En palabras de la subdirectora general de Asuntos Consulares y Atención a Cubanos residentes en el Exterior de la Cancillería, Laura Pujol, asistieron al evento 361 cubanos residentes en 54 países, entablando un diálogo que ha sido calificado de fructífero y fluido.
Sin odios, pero a camisa quitada
La conferencia oficial se inició el sábado 18 en la sala plenaria del Palacio de las Convenciones, donde el ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez Parrilla aseveró que este encuentro es una muestra del fortalecimiento continuo e irreversible de los vínculos existentes entre Cuba y sus nacionales residentes en el exterior.
Como es lógico, uno de los temas principales se refirió a como el bloqueo económico y comercial de los EE.UU. a Cuba afecta no solo a los nacionales radicados en ese país, sino a aquellos que se encuentran en otros países y se les requiere visado para la entrada a los EE.UU. tras haber visitado Cuba. Asimismo, se habló del profundo impacto que este tiene sobre la población de la Mayor de las Antillas.
Un justo reclamo por parte de los residentes en el extranjero en materia de trámites migratorios fue la petición del levantamiento de la sanción que ejerce el Estado Cubano sobre aquellos nacionales que abandonaron misiones oficiales y decidieron radicarse en otros territorios. Esta sanción contempla la prohibición de entrada a Cuba durante un plazo de 8 años.
Una mano tendida de solidaridad y cooperación
Además de la labor de solidaridad de los residentes en el extranjero en materia de concientización y ayuda material, la parte cubana reconoció la necesidad de considerar a la diáspora cubana como parte también de la nación, su cultura y su identidad.
Varios de los participantes manifestaron su intención de cooperar con Cuba en la formación de los emprendedores cubanos como parte de su papel como actores económicos de vital importancia para la soberanía de la nación.
También se puso sobre la mesa temas tales como la inversión de capital por parte de los cubanos radicados fuera de la Isla para hacer negocios en Cuba, lo cual de momento no se permitía. No obstante, al amparo de la al amparo de la nueva Ley de Inversión Extranjera, ya se tramitan seis proyectos de inversión y están abiertas cinco sucursales de negocios encabezadas por cubanos radicados en otros países.
Esos y otros temas fueron tratados en cuatro paneles, sobre temas migratorios, cultura e identidad, desarrollo económico e inversiones. Solo resta esperar que haya una postura de entendimiento entre el gobierno y la diáspora, que tango puede y quiere hacer por la patria donde nacieron.