Reconocido como uno de los más importantes cantautores de la denominada segunda generación del Movimiento de la Nueva Trova, Ireno García ha fallecido en La Habana a los 68 años, tras una penosa enfermedad.
Su deceso ocurrió el domingo 27 de agosto. El reconocido trovador y dibujante había nacido en la Ciudad de la Habana el 24 de septiembre de 1954. Este trovador dejó un legado eterno: quienes lo conocimos pudimos apreciar su sensibilidad y la pasión legendaria con la que cantaba sobre la vida, la rutina diaria y los pequeños gestos de amor.
Grande de la Nueva Trova
Es reconocido como uno de los cantautores más destacados de la segunda generación del Movimiento de la Nueva Trova, el cual fue establecido en 1972. Recordaremos siempre temas como A la deriva, Ahora, Baladas de fin de marzo, Fábula de mayo, La fuente, La rueda de la suerte, Lejanía, María Fernanda, Peticiones, Querencias, y el popular Andar La Habana.
Ireno García se presentó junto a otros exponentes de la trova en Cuba, como Carlos Varela, Marta Campos, Polito Ibáñez, Santiago Feliú, y Silvio Rodríguez, entre otros.
En 1998, Ireno García lanzó un fonograma titulado “Ireno García canta a Eliseo Diego“, en el cual musicalizó poemas del reconocido miembro del grupo literario Orígenes. Además, a lo largo de su carrera, Ireno García también grabó dos discos con canciones de su autoría. Junto a Mike Porcell, compuso el tema En busca de una nueva flor, himno del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, realizado en Cuba en 1978.
Miembro de la UNEAC , recibió la Moneda 50 Aniversario de la Fundación de la Nueva Trova, la Medalla Alejo Carpentier y la Distinción Por la Cultura Nacional,
Música y poesía
El Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau fue un lugar muy querido para este cantautor, donde tuvo la oportunidad de presentarse en eventos como “A guitarra limpia” y grabar discos llenos de canciones inolvidables, en colaboración con la actriz Coralia Veloz.
La obra de este autor es un ejemplo excelente de talento y sensibilidad que escondía a un hombre desconocido pero extraordinario, que con una voz suave y apasionada tocaba lo más profundo del alma con verdades susurradas desde lo vivido.
El cantautor escribía canciones. No buscaba la popularidad, sino la calidad. Ireno García nunca estuvo de moda. Probablemente, cantaba sus canciones para enfrentarse al paso del tiempo, sin siquiera proponérselo. Y sus canciones han trascendido el tiempo, al implacable paso del tiempo
Por decisión de su familia, su cadáver fue cremado y velado en ceremonia íntima. Pero Ireno nunca se irá del todo y continuará andando La Habana, en el corazón de quienes disfrutamos su música. Tal como dijo el propio Ireno, en su poesía tan prolija como limpia:
Mi corazón es un guardián,
una guarida, un manantial,
mi corazón como el que más
sufre guerras de soledad.
Nadie sabe que mi corazón
es un viejo, es un niño, un Don Juan,
un tipo atrevido, un eterno rufián.
Nadie sabe de mi corazón.
