Foto: Calle Línea (Vedado)
Si la Habana Vieja es el casco histórico de la capital de todos los cubanos, la barriada de El Vedado es el corazón de la Habana moderna. Esta exclusiva zona agrupó y agrupa la arquitectura más contemporánea de la ciudad, junto con toda la diversión de la noche habanera.
Pero, ¿sabes el por qué de su peculiar nombre? ¿Conoces la historia mágica de este proyecto urbanístico de vanguardia, adelantado para su tiempo?
Te lo cuento.
El Carmelo, inicio de la barriada
Pocos conocen que el origen del nombre de esta zona de la Habana está ligada a las incursiones de corsarios y piratas.
El litoral de La Habana, desde el Torreón de San Lázaro hasta la Chorrera, era una zona propicia para el desembarco de piratas, porque permitía un acceso rápido a la Habana Vieja por una zona poco defendida. Así, el cabildo de la ciudad había prohibido expresamente que se construyera en esta área ninguna vivienda o camino, para dificultar estas incursiones debido al espeso bosque que allí había y que aún puede apreciarse en el llamado Bosque de la Habana, junto al río Almendares.
Este territorio estaba entonces “vedado” para el crecimiento urbanístico de la ciudad, y de ahí toma su nombre.
No es hasta el 8 de abril de 1859, una vez pasado el peligro de estas incursiones, que se autoriza el proyecto constructivo del reparto El Carmelo, presentado por el ingeniero civil urbanista Luis Iboleón. Gracias a este, se comenzó a planear el crecimiento de una urbe con un trazado moderno, para dar respuesta al crecimiento poblacional que ya comenzaba a desbordar la ciudad extramuros.
La Manhattan de Cuba
Pero es Francisco Frías y Jacott, el Conde de Pozos Dulces, quien definitivamente impulsa el crecimiento de la barriada. Él obtiene un año más tarde el permiso para construir en sus posesiones, en el actual terreno del Hotel Nacional. A esta parcela la llamó El Vedado, en honor a la prohibición hasta ese momento imperante.
Tras la Guerra de Independencia, en esta área se asentaron numerosos jefes mambises, que utilizaron sus pagas para construir lujosas mansiones. Este crecimiento en 1898 atrajo a otros hombres de negocio acaudalados, que siguieron fomentando el desarrollo de la zona. Dentro de los estilos de estas mansiones predominan el ecléctico y el Art Déco.
La popularidad creciente del barrio propició que en la década del 1930 la alta burguesía se trasladase al barrio de Miramar. El Vedado quedó entonces como área residencial del sector de clase media-alta, lo que fomentó la construcción de grandes edificios como el Someillán, el Focsa y el Habana Libre a partir de 1953. Además, abundaron los casinos, clubes, cines y otros espacios dedicados al ocio.
De esta forma, El Vedado se convirtió en el espacio más importante del desarrollo económico, social y cultural de la nación. El mar cercano a este asentamiento también le ha otorgado relevancia y majestuosidad, donde abundan hoy en día modernos edificios y avenidas anchas y espaciosas, que reflejan la modernidad de la capital.
Aún hoy esta barriada mantiene su anterior prosperidad, siendo una de las mejores zonas para vivir, trabajar y divertirse. Es, sin dudas, el corazón de la capital.