pic: Ricardo IV Tamayo on Unsplash
Extinguido el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas y despedidas sus víctimas con duelo nacional, la mirada de esta semana en Cuba se ha vuelto hacia la situación económica del país.
Después de la llegada de la pandemia del COVID-19 y el comienzo de la tarea de reordenamiento económico en 2021, Cuba se encuentra actualmente con una economía depauperada y la mayor tasa de inflación del continente.
Ni los aumentos salariales, ni la reapertura del turismo ni el cambio a una moneda única han podido paliar la situación imperante de desabastecimiento en el país, agravado por la crisis económica global y las sanciones que impone el embargo estadounidense hacia la isla.
Medidas urgentes para captar divisas
Uno de los objetivos de la implantación de la tarea de reordenamiento era eliminar la doble moneda imperante.
Así, desaparece el CUC pero entra en actividad una moneda puramente electrónica, llamada Moneda Libremente Convertible (MLC). Una moneda con equivalencia al dólar estadounidense y cambio a 1×24 contra el peso cubano (CUP), que operaría por transferencia bancaria mediante tarjeta para adquirir bienes en tiendas que venderían solo productos de alta gama.
En los primeros meses del 2021 se podía tanto convertir al cambio moneda extranjera en MLC como retirarla de estas cuentas bancarias. Pero estas transacciones fueron interrumpidas pronto, dejando libre al mercado negro la capacidad de comprar y vender divisas extranjeras.
A medida que las carencias y el desabastecimiento se incrementaban, subía también las tasas de cambio del mercado negro. Este alza se disparó cuando se restablecieron los vuelos internacionales.
El pasado 3 de agosto del 2022, el Ministro de Economía y Planificación anunció que los bancos volverían a adquirir divisas en efectivo —incluyendo dólares estadunidenses— al cambio de 1 dólar por 120 pesos (110,4 tras el margen comercial bancario). El lunes 15, se autorizó a cambiar los fondos de las cuentas bancarias en MLC directamente a pesos cubanos a la misma tasa, operación que puede realizarse tanto en cajero automático como a través de la aplicación móvil Transfermóvil.
La venta de divisas a la población sigue suspendida.
Permitir la inversión extranjera en el comercio mayorista y minorista
Otra de las medidas anunciadas el día 15 de agosto para paliar la grave situación económica del país fue liberar un paquete de medidas que autorizan la inversión extranjera en el comercio mayorista y, a través de empresas mixtas, el minorista.
Ana Teresita González, viceministra primera de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, aseguró que son medidas arriesgadas que no resuelven por sí solas los problemas de Cuba, pero que se espera tengan una incidencia inmediata en los problemas de desabastecimiento.
Las medidas flexibilizan la venta de materias primeras, insumos, equipamiento y otros bienes para el desarrollo de la producción nacional. También se autorizan el suministro de alimentos, productos de higiene y sistemas de generación de electricidad de fuentes renovables.
Hasta el momento, la inversión extranjera estaba limitada a la producción y servicios. La ministra de Comercio Interior puntualizó que en esta nueva apertura económica se priorizarían los inversores extranjeros con trayectoria en Cuba y los “países aliados“. Se permitirá también cierta inversión extranjera en el sector privado, pero el Estado Cubano siempre tendrá el control de estas operaciones.
A pesar de ser una medida positiva, el problema radica en la gradualidad, la secuencialidad y la lentitud en su aplicación. Superar el desabastecimiento, la inflación e incentivar la producción requiere de medidas urgentes para salvar la economía del país y satisfacer las necesidades de la inmensa mayoría de la población.