Pic by Héctor Garrido
Lo conocí primero por la televisión, en aquellos programas donde un hombre, vestido con corrección y dueño de una voz profunda y cadenciosa, descubría para los espectadores la historia de esos rincones de la Habana Vieja que nadie conocía. “Andar La Habana” se llamaba el espacio y su conductor no era otro que Eusebio Leal Spengler, el historiador de la ciudad.
Hoy 11 de septiembre del 2022, día en que se cumpliría el 80 cumpleaños de este hombre modesto a quién le debemos tanto habaneros y cubanos, se develó una tarja conmemorativa en su casa natal y se presentó una medalla por el aniversario acuñada en oro, plata y cobre patinado.
Honrar, honra
La casa ubicada en la calle Hospital 660 vio transcurrir la niñez del futuro Doctor en Ciencias Históricas, quien compartió en vida parte de su memoria feliz atesorada en aquel hogar de la propia Habana Vieja que él ayudó a salvar.
Leal conoció allí de valores y preceptos recibidos de familias, maestros y compañeros que moldearon su carácter a favor del cuidado de la comunidad y el bienestar animal. Todos estos sentimientos y enseñanzas fueron materializados por Eusebio en los muchos proyectos que aún hoy, después de su partida física, acomete la Oficina del Historiador de la ciudad. La filosofía de trabajo de Leal pudo estar sujeta a críticas, pero caló hondo en las instituciones, parques y museos adscritos a la Oficina del Historiador de La Habana.
La casa del llamado Novio de La Habana acogió la exposición fotográfica La mano ejecuta lo que el corazón manda, en la que se aprecian imágenes inéditas de la obra restauradora de Eusebio Leal. En este lugar que ya forma parte de nuestra historia se presentó también la medalla por el aniversario 80 del natalicio de Leal, acuñada en oro, plata y cobre patinado, para rendir tributo al máximo artífice de la restauración de la Habana Vieja.
La vida de un gigante
Estos no son los únicos homenajes que los habaneros le rinden al que fuese el Historiador de la ciudad. En noviembre del pasado año se presentó una estatua dedicada a Eusebio Leal, realizada por los escultores José Villa Soberón y Gabriel Cisneros Báez, a la entrada del Palacio de los Capitanes Generales.
En el interior de ese propio recinto, justo encima del banco donde Eusebio Leal se sentaba a compartir con sus colegas, hay una tarja que reza, en palabras del propio Leal, “Quise encerrar a La Habana Vieja en las paredes pétreas de un museo, pero ella me hizo prisionero de sus muros para siempre”.
Eusebio Leal Spengler (La Habana, 11 de septiembre de 1942 – 31 de julio de 2020) comenzó a trabajar en el Palacio de los Capitanes Generales con solo 17 años. Discípulo de Emilio Roig, Doctor en Ciencias Históricas y Maestro en Ciencias Arqueológicas, Historiador de la Ciudad y Director del Programa de Restauración del Patrimonio de la Humanidad, Leal se destacó de manera particular por la conducción de las obras de restauración del Casco Histórico de La Habana. Muere víctima de cáncer a los 78 años. Sus restos descansan en el Jardín Madre Teresa de Calcuta, al fondo de la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, en la Habana Vieja.